Poco a poco vamos pasando de fase y vamos saliendo más a la calle. Los centros de belleza vamos levantando las persianas empezamos a funcionar otra vez.
Recuperamos la alegría, las ganas de vivir y las ganas de estar guapas y mostrar una mirada brillante, una melena reluciente y con volumen, y unas uñas…
De eso vamos a hablar hoy, de las uñas y de las posibilidades que se nos planten para este verano.
Lo primero, después de llevar más de 60 días confinados, va a ser poner a punto las uñas.
Os recomendamos que desde este mismo momento os protejáis las uñas con guantes siempre que vayáis a hacer actividades que puedan atacar la uña. Además de que éstas sufrirán menos nos protegeremos frente a virus y bacterias.
Un corte e hidratación de uñas previa al proceso de pintado es básico para que la uña recupere su fortaleza y su capacidad de absorción del color.
Con la uña hidratada y recién cortada la limaremos suavemente para eliminar pequeñas astillas y asperezas propias del corte previo. Las limas de granulometría fina o de cristal son sin duda las mejores para este tipo de trabajos.
También hidrataremos firmemente las cutículas, a menudo olvidadas, para empujarlas suavemente y dejar así la uña lista para la decoración.
Ahora que ya las tenemos listas para pintar os vamos a proponer un toque de color que nos ayude a recuperar la alegría y las ganas de volver a vivir como lo hacíamos antes.
Este verano se van a llevar tanto las uñas largas y afiladas como algo más cortitas, pero siempre terminando en ligera punta y decoradas en tonos neón, pastel, mate y por supuesto el nail art.
En cuanto a colores, cualquier color intenso quedará bien. Los cítricos y por supuesto el rojo que nunca pasa de moda, pero hay uno que sin duda va a ser la revelación de este verano. El amarillo.
En diferentes tonalidades o estilos de acabado ya estamos viendo los perfiles de muchas famosa como J.Lo o Vanessa Hudgens que lucen este color y la verdad es que queda de maravilla.
Nosotras hemos hecho la prueba en nuestro salón y el resultado es francamente positivo, sintiendo un chute de energía y optimismo cuando nos hemos visto con ellas.